Cada situación que nos ocurre en la vida, hace que nuestro cerebro produzca una substancia química que recorre nuestro cuerpo. La principal razón es mantenernos vivos, de esta forma todas y cada una de las emociones que sentimos tienen una finalidad muy precisa que si aprendemos a escuchar y gestionar nos proporcionarán bienestar.
Nuestro cuerpo tiene toda la sabiduría de reconocer cuando estamos en una circunstancia agradable y benéfica o si es un momento incomodo o desagradable, la mayoría de los seres humanos no hacemos caso de esos pequeños signos, que si aprendiéramos a escuchar tendríamos la oportunidad de aceptar de forma racional las que nos benefician o alejarnos rápidamente de las que nos hacen daño.
Ninguna emoción es mala, aprende a sentirlas y reaccionar de acuerdo al mensaje que te esta enviando.
Aprende a gestionarlas,
las emociones de miedo o temor. Te ayudan a ir con cuidado y tu cuerpo se mantiene en alerta en situaciones de riesgo que sin ella irías directo y sin ninguna precaución causándote inminentes daños.
Las emociones de alegría y bienestar. Te indican que el lugar es agradable y seguro.
Las emociones de tristeza. Es la respuesta natural a una perdida o fracaso.
El dolor. Cuando el dolor es físico te obliga a mantenerte en reposo para que el daño no sea cada vez mayor, cuando es emocional te obliga a detenerte a reflexionar y dar tiempo a que sane.
El stress. te indica una tensión que no te hace sentir cómodo. Se vuelve crónico cuando lo convertimos en una forma constante de vida,
No hacer caso de los mensajes de nuestro cuerpo, harán que tarde o temprano se manifiesten como enfermedades.